ESPAÑA
Educación
En la escuela hasta los 14 años

Vuelta al 'modelo EGB' para que los niños no se desarraiguen y rindan más: "Los alumnos de 1º y 2º de la ESO están mejor en el colegio que solos en casa"

El cambio escolar impulsado por Ayuso reabre el debate sobre los horarios escolares

Alumnos de 6º de Primaria del Ciudad de Nejapa de Tres Cantos (Madrid).
Alumnos de 6º de Primaria del Ciudad de Nejapa de Tres Cantos (Madrid).ÁNGEL NAVARRETE
PREMIUM
Actualizado

En el colegio público Ciudad de Nejapa de Tres Cantos (Madrid) todo cambiará a partir de septiembre. Durante el verano, y con la ayuda del ayuntamiento, van a reconvertir las clases tradicionales en «hiperaulas»: espacios dobles de paredes de cristal comunicados por paneles movibles donde el viejo mobiliario se cambiará por sillas y mesas apilables para facilitar distintos agrupamientos. Habrá una zona de pufs para adolescentes, que podrán comer en el comedor, participar en las extraescolares y estar en el colegio hasta las 18.00 horas. El patio será el punto de encuentro en el que tanto estudiantes como maestros de Primaria y profesores de la ESO convivirán en algún momento del día. «Los alumnos pequeños podrán aprender de los mayores y los mayores, de los pequeños. Los docentes de Secundaria nos van a aportar mucho a los maestros y esperamos que nosotros también a ellos. Será un enriquecimiento bidireccional», aventura la directora, Sara Sánchez.

Este centro trilingüe de 321 alumnos, ubicado en un municipio que ha experimentado una inusitada expansión de la población escolar, es uno de los 52 colegios públicos madrileños que de forma voluntaria añadirán 1º y 2º de la ESO a las etapas de Infantil y Primaria desde el próximo curso. Como el Nejapa ofrece también el primer ciclo de Infantil, eso significa que habrá continuidad formativa en el mismo edificio desde los cero hasta los 14 años, como ocurre en los colegios concertados y privados. Este cambio, un regreso a la antigua EGB, es el proyecto estrella del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso junto al regreso de la jornada partida para «combatir el abandono escolar, mejorar el rendimiento de los alumnos, su descanso, sus hábitos de alimentación, luchar contra la soledad, las adicciones o la posible influencia de bandas juveniles y ayudar a la conciliación familiar». Se trata de extender el modelo ya existente de los Ceipsos -hay 40 en Madrid y medio millar en España- en todos los nuevos centros que se construyan en la región para que los alumnos no tengan que irse al instituto con 12 años, cuando terminan 6º de Primaria.

Aula de 6º C del colegio Pedro Duque de Vicálvaro (Madrid), que a partir del año que viene será el laboratorio de la ESO.
Aula de 6º C del colegio Pedro Duque de Vicálvaro (Madrid), que a partir del año que viene será el laboratorio de la ESO.ANTONIO HEREDIA

La medida, reivindicada durante años por las familias, cuestiona la estructura organizativa de las distintas leyes educativas -la Lomce del PP incluida- que se ha venido manteniendo desde la Logse socialista de 1990 y trasciende los planteamientos políticos habituales. Cataluña lleva años, de hecho, apostando por este modelo, que llaman instituto escuela y va desde los tres a los 16 años. La Generalitat creó los primeros institutos escuela en 1931, inspirados en los principios pedagógicos de la Escola Nova Catalana y suprimidos en 1939, con el fin de la Guerra Civil. CiU recuperó el primero en 1997, ERC dio impulso al modelo y el PSC, con la apertura de siete nuevos centros el próximo curso, avala ahora esta tipología que, defienden en el Departamento de Educación, «con el mismo modelo pedagógico de la concertada permite una mejor transición de Primaria la ESO y facilita que en las zonas con más riesgo de abandono o absentismo se pueda estar más encima, porque el paso de Primaria a Secundaria es la etapa más crítica y los alumnos están más protegidos».

«Se trata de proteger a la preadolescencia, etapa decisiva en el crecimiento del niño, llena de peligros e inseguridades, pero también con un potencial tremendo. Queremos que los chavales puedan vivir y seguir aprendiendo esos años en su colegio, que no se mezclen demasiado pronto con los mayores», defiende el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana, coincidiendo por una vez con los argumentos de la Generalitat catalana.

¿Cómo les ha ido a los centros donde el sistema ya lleva tiempo funcionando? El instituto escuela Turó de Roquetes (Barcelona) se convirtió en instituto escuela en 2011, fusionando dos escuelas de Primaria y un instituto. Tienen jornada partida. «Al principio fue complicado, porque hubo que combinar tres maneras de trabajar distintas, pero ahora tenemos una buena convivencia, ya no nos llamamos maestros ni profesores, sino simplemente docentes, y los alumnos tienen una atención muy personalizada: el cambio de etapa se produce de forma más suave, adaptándose a sus necesidades», cuenta la directora, Sonia Rubio.

Alumnos del institut escola Turó de Roquetes (Barcelona).
Alumnos del institut escola Turó de Roquetes (Barcelona).DAVID RAMÍREZ / ARABA PRESSAraba

Los profesores de Secundaria -molestos con Ayuso porque «ha presentado los institutos como lugares inseguros»- consideran que llevar los alumnos de la ESO a los colegios de Primaria los «infantilizará aún más» y «primarizará la Secundaria poniéndola al nivel de la Primaria», según Xavier Massó, secretario general de Professors de Secundària, el sindicato mayoritario en los institutos de Cataluña. CCOO, que ha escrito una carta de queja al Ministerio de Educación, advierte de la «ilegalidad» de dividir en dos la etapa de la ESO y alerta de que generará «inseguridad jurídica» porque el modelo madrileño no ha aprobado aún una normativa que regule el cambio. Isabel Galvín, secretaria de la Federación de Enseñanza madrileña de este sindicato, ha hablado con los equipos directivos de los 52 colegios que van a acogerse al modelo y su conclusión es que «algunos tienen poco entusiasmo y a otros les gusta la idea, porque ven que puede ser una opción para su supervivencia a la hora de competir con los centros concertados», que tienen horarios más amplios, en sintonía con las necesidades de los progenitores.

Las asociaciones de familias son partidarias. «Va a significar dos años más de comedor, algo que no existe en los institutos y que será muy beneficioso para conciliar y para las familias con problemas económicos», defiende María Capellán, presidenta de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (Ceapa), que cree que la vuelta a EGB «también servirá para retrasar la entrega del móvil a los adolescentes, que se suele producir cuando comienzan a ir al instituto».

En el Nejapa, la mayoría de los alumnos de 6º de Primaria que quiere ir al instituto lo hace porque ya se había hecho la ilusión de tener su primer móvil. «El teléfono es el gancho», se muestra convencida Olga López, la coordinadora de Bienestar. «Yo ya me había mentalizado este año de que me iba a marchar», admite Hugo V., de 11 años. Elena H. también se irá al instituto: «Lo habíamos acordado todas las chicas y es una oportunidad de conocer a gente nueva». Alejandro L. duda: «Unas veces quiero quedarme porque llevo nueve años aquí y es donde están mis amigos y otras veces quiero irme porque estar con los mayores es más divertido».

Comedor del colegio Constitución de 1812 de Leganés (Madrid), que tendrá que acoger a los alumnos de la ESO.
Comedor del colegio Constitución de 1812 de Leganés (Madrid), que tendrá que acoger a los alumnos de la ESO.ÁNGEL NAVARRETE

En el Nejapa se consultó a las familias y, de las 171 respuestas, 94 se pronunciaron a favor y 21 en contra. En cuanto a los maestros, la mitad es partidaria y la otra no. Resultados parecidos se han obtenido en otros centros. Guillermo Cano, director del colegio Constitución de 1812 de Leganés, donde hace ya tres años pidieron este cambio a la Consejería, expresa que «a los docentes les ha parecido excesivamente precipitado» y «hay incertidumbre». La segunda semana de marzo comienza el periodo de escolarización, pero en algunos centros las familias tienen que avisar ya si se quedan o se van y no se sabe aún cuántos profesores de instituto se llevarán a los colegios, ni si estarán listas las obras para septiembre, ni a qué hora entrarán los alumnos, ni el tipo de jornada que seguirán...

Al final, el Gobierno madrileño ha dejado en manos de los propios centros la organización de los horarios, lo que ha reabierto el debate sobre las ventajas e inconvenientes de los distinto modelos de jornada. El Nejapa, con jornada partida en Primaria, ofrecerá jornada continua en la ESO, aunque los mayores podrán quedarse al comedor hasta las 16.00 horas y hacer extraescolares hasta las 18.00. El Constitución de 1812 mantendrá su jornada continua para ambas etapas y los de ESO saldrán unos días a las 14.30 y otras a las 15.15, aunque después podrán usar el comedor y las extraescolares.

El colegio Pedro Duque de Vicálvaro, por su parte, mantendrá su jornada partida para todos. «Intentamos asemejar los horarios lo más posible a Primaria. Creemos que es mejor que los niños de la ESO estén en el colegio que solos en casa porque sus padres no llegan hasta más tarde de trabajar», opina la directora, Katherine Proctor de la Guardia. El director Cano cree que con este modelo «va a ser mucho más fácil solventar los problemas de convivencia en un momento clave de cambio a nivel madurativo, porque los maestros conocen desde hace años a cada uno de los niños».

19 de las 52 escuelas mantienen la jornada continua

P. ¿Qué tipo de jornada van a seguir los centros?

R. Madrid apuesta por la jornada partida pero no la ha impuesto en los colegios que tienen continua (19 de los 52 la conservarán), una razón que ha servido para que más centros pidan este modelo. «Se ha priorizado la voluntad de claustros y familias y la disponibilidad inmediata de espacios por encima de los horarios», responden en la Consejería de Educación.

P. ¿A qué hora entrarán los alumnos de la ESO en el colegio?

R. Los centros tienen aún que decidirlo, pero los de la ESO suelen empezar antes, en torno a las 8.00.

P. ¿Tendrán comedor?

R. Sí, y extraescolares, si quieren apuntarse.

P. ¿Se guarda la plaza del instituto para el futuro?

R. Sí, Ayuso ha dicho que los alumnos que se queden en el colegio tendrán garantizada su plaza de 3º de la ESO en su instituto adscrito.

P. ¿Cuántos profesores se van a necesitar?

R. No se sabe aún. Tampoco se ha dicho si estarán desplazados en comisión de servicios (lo más probable) o si habrá profesores itinerantes de asignaturas con pocas horas por varios centros.

P. ¿Se van a equiparar sueldos de maestros y profesores ?

R. No, son cuerpos docentes con condiciones y niveles diferentes. Los de Secundaria seguirán ganando más.

P. ¿Cómo se va a incentivar que los profesores den clase por la tarde ?

R. La consejería remite nuevamente a la organización de los centros.

P. ¿Habrá jefatura de estudios de la ESO?

R. Sí, los docentes de la ESO formarán parte del claustro y habrá dos jefaturas de estudios, una para Primaria y otra para ESO.

Leonor Málaga, madre de tres hijos.
Leonor Málaga, madre de tres hijos.Á. N.

"Más fácil para retrasar el móvil"

La ingeniera aeronáutica Leonor Málaga tiene dos hijos de dos y cuatro años y una bebé de un mes. Antigua alumna del colegio público Ciudad de Nejapa de Tres Cantos, celebra con entusiasmo el regreso a la EGB que supone que el colegio vaya a ofrecer 1º y 2º de la ESO además de los dos ciclos de Infantil y Primaria. Para empezar, es más fácil la conciliación familiar: «En el instituto salen alrededor de las 14.00 horas y para los padres es imposible adaptarnos a ese horario en el trabajo. La conclusión es que acaban comiendo solos y aún son muy pequeños para organizarse con la comida».

Las familias también creen que los niños «están más protegidos» que en el instituto, donde hay profesores distintos y muchas veces no tienen esa relación tan cercana que consiguen con los maestros. Les echa para atrás, además, que niños «de 12 y 13 años estén con alumnos de 18 años».

Como muchos otros padres y maestros, Leonor Málaga opina que el cambio servirá «para poder retrasar la entrega del primer móvil», que de manera tácita está fijada en el paso del colegio al instituto. «Como los padres nos conocemos, a diferencia de lo que ocurre en el instituto, es más fácil para nosotros ponernos de acuerdo como esos grupos que se han organizado para retrasar la entrega del teléfono», argumenta. Pese a que los móviles están prohibidos tanto en colegios como en institutos, los profesores de Secundaria consultados admiten que «hay alumnos que los sacan» e incluso algunos docentes los permiten con fines pedagógicos. Casi la totalidad de los estudiantes dispone de un teléfono propio en su primer año de instituto.